lunes, 5 de abril de 2021

Puesto avanzado del castillo de Nisano - Arascués

El castillo de Nisano es un edificio que se encuentra al norte del carrascal homónimo, quedando al este de la carretera que une Banastás con Lierta y al sureste de este último pueblo. En la zona también se le conoce como castillo de Lisano. Fue puesto de mando de uno de los batallones del regimiento Rojo y Negro, y por ende de la 127.ª Brigada Mixta del ejército republicano. Durante la contienda debido a su solidez y cercanía al frente tuvo gran importancia estratégica para controlar el sector. Toda esta área entre el carrascal y las Coronas, estaba surcada por varias líneas de trincheras. 

En la entrada vamos a hablar de una de esas trincheras que ha podido llegar hasta nuestros días. Esta pequeña llanura es un terreno muy fértil, por lo que la mayoría de esas líneas desaparecieron para volver a poder cultivar la tierra. Sin embargo en una pequeña loma, apenas perceptible, el terreno ha quedado muy parecido a como debió ser tras la Guerra civil española. Está completamente cubierta de carrascas, aliagas y vegetación similar. 


Abajo y a la izquierda del castillo de Nisano, se puede observar un pequeño trozo cubierto de carrascas. Se trata de la loma de la que hablamos hoy. 


Vista del castillo de Nisano desde este puesto avanzado

Estas defensas republicanas debían ser el puesto situado más a vanguardia del sector (desde finales de 1936) y protegían al castillo de Nisano. Se encuentran a una distancia de unos 700 metros del propio castillo, y a otros 700 metros de los puestos de combate de los rebeldes más cercanos (al menos los perceptibles en la actualidad, tal vez tenían líneas más avanzadas). Al mismo tiempo están a un kilómetro y medio del pueblo de Lierta, y a dos kilómetros y medio del pueblo de Arascués, municipio al que administrativamente pertenecen estos terrenos (ahora dentro del término municipal de Nueno). 

Entre esta loma y Mondó, espacio por donde actualmente transita la carretera, habría situada una especie de tierra de nadie.  En testimonios de franjas de terreno similares del Frente de Huesca, se habla de que eran zonas llenas de alambradas, restos de munición, proyectiles sin estallar y cadáveres insepultos. Como los incendios eran habituales, algunos de estos cuerpos estaban completamente carbonizados. Un  panorama dantesco por el que el tránsito de cualquier persona venía acompañado del sonido de las balas. Afortunadamente, por esta bonita vía ahora solo pasan vehículos a motor y numerosas bicicletas. Muchas de esas personas que cruzan por aquí son completamente ajenas a estos hechos. 


Vista de las trincheras que rodeaban el entorno del Castillo de Nisano. Se aprecian claramente los puestos de tirador y las alambradas. (La conquista del Carrascal de Chimillas. Frente de Huesca.

Tras los combates del 20 de diciembre de 1936, en el que los nacionales atacan esta zona, el castillo de Nisano fue intensamente bombardeado. Tras el contraataque republicano este punto del frente quedo estático, aunque no se dejó por ello de combatir. Es posible que en el ataque a Mondó de abril de 1937 se apoyase el asalto desde esta posición. 


Una trinchera republicana con una línea de alambradas. (Un soldat de l'exèrcit nacional s'apropa a una trinxera per passar-se a les files republicanes, Front d'Aragó. Generalitat de Catalunya.)


Cirilo Martín (autor de La liberación de Huesca)es testigo desde Mondó de como este puesto republicano es relevado antes de la ruptura del frente definitiva del 22 de marzo de 1938. A estos observadores de Mondó se les hacen varios tiros que no son contestados. El frente en la zona de Nisano es atacado por el batallón de Cazadores de Ceriñona, que es el que va en vanguardia de una de las medias brigadas de la 63.ª División del ejercito rebelde. La 31.ª División gubernamental es la encargada de defender el sector desde julio de 1937.  

Hay una línea delantera con trazado sinuoso, un foso situado en la parte más elevada (el situado más al sur), un par de puestos de tiradores que se adelantan a la línea principal (conectados por ramales de comunicación) y varios refugios subterráneos en la zona más septentrional, además de en la retaguardia de la posición. En total hay unos ciento cincuenta metros de trincheras conservadas en la actualidad. Están muy colmatadas y cubiertas de vegetación. También hay algunos huecos debajo de unas rocas, pero éstas están derruidas y no se aprecia si los huecos son de origen antrópico o natural. 



Vista de parte de la loma desde el punto más elevado. Al fondo el Carrascal


Foso situado en su punto más elevado. Hay una zapa de hormigón


La línea de trinchera es perfectamente visible





En algunos tramos se nota como la trinchera esta excavada en la roca





En el vértice del norte de la posición, hay varios refugios subterráneos hundidos y se aprecia la situación de los parapetos


Uno de los refugios tiene dos salidas



Vista hacia el norte desde la zona más septentrional de la posición. A la derecha, la Corona sur






En la zona situada a retaguardia, es posible ver la entrada a un abrigo. Estos fosos seguramente estarían ocupados por chabolas, lugares donde los soldados pasaban gran parte del día. 


Vista desde el interior del abrigo


Abrigo subterráneo hundido

Un poco más al sur de la posición hay un hueco de grandes dimensiones, seguramente relacionado con la contienda y que pudo albergar un refugio.  Hoy está hundido. 

Archivo con la localización aproximada de los vestigios:


Pablo GP

BIBLIOGRAFÍA: 

Martín Retortillo, C. (1942): La liberación de Huesca. Huesca: Gráfica Oscense. 

Arcarazo, L.A.; Barrachina, P.; Martínez de Baños, F. (2007): Guerra Civil en Aragón, Huesca "el cerco". Zaragoza: Delsán. 

Gárate, J.M. (1972): Mil días de fuego. Memorias documentadas de la guerra del treinta y seis. Barcelona: Luis de Caralt.


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