miércoles, 28 de abril de 2021

Cota 1510 - Sierra Caballera - Bentué de Rasal

Sierra Caballera es un macizo montañoso situado en el Prepirineo oscense, concretamente entre las sierras de Loarre y Gratal. La cresta cimera se extiende durante tres kilómetros de largo y alcanza los 1565 metros de altura en su punto más elevado. Pertenece al término de Bentué de Rasal, actualmente englobado en el municipio de Arguis. 

Aunque es un escenario bastante olvidado en la bibliografía, estuvo situada en primera línea de frente durante gran parte de la contienda.  Su historia guarda una gran relación con el sector de Lierta, ya no sólo por su proximidad, si no también por las unidades que combatieron en ambas zonas.


Vista de la cara norte de sierra Caballera

Su excelente situación, además de su altura, le brindan unas magníficas vistas. Al sur se aprecian Bolea, Aniés (los pueblos más cercanos por este lado), Ayerbe, el castillo de Loarre, el Moncayo y otros muchos lugares. Al norte se ve Bentué de Rasal, la Sierra de Javierre (también conocida como del Fajal), gran parte del Serrablo y los principales macizos del Pirineo aragonés. 

             

Vista de los acantilados meridionales de la sierra con el Pirineo al fondo

Durante 1936 y la primera mitad de 1937, los dos bandos contendientes se limitaron a hacer pequeñas patrullas por esta zona. Las fuerzas republicanas sí que hicieron una ocupación efectiva de la sierra de Gratal, pero al parecer no pasaron de allí. La falta de un dominio asentado y lo agreste del terreno, dio lugar a que la sierra Caballera y sus caminos se convirtieran en una zona permeable al paso de personas. Gente de todas las tendencias salvaron su vida al huir por estos pasos. Incluso lo hicieron familias enteras con el ganado. A veces se daban emboscadas, con fatal desenlace. 

La prensa republicana informa de como el 8 de agosto de 1937, el ejercito gubernamental ocupa Sierra Caballera. Desde finales de julio se encontraba en este sector la 31.ª División. El ejercito sublevado intentó un contraataque desde Bentué de Rasal (ocupado por los rebeldes desde octubre de 1936) pero fue frenado por la artillería republicana. La situación de este pueblo quedó seriamente comprometida desde entonces, ya que se situaba en medio del fuego cruzado de las posiciones gubernamentales de Sierra Caballera, y  de las sublevadas de la Sierra de Javierre. 

Los nuevos moradores de la sierra fortificaron su conquista. Estas posiciones son visibles en la actualidad y en esta entrada vamos a tratar sobre una de ellas. 


 Consigna de una publicación de la 135.ª Brigada Mixta republicana, una de las que operaban en la zona (FRENTE POPULAR POORTAVOZ DE LOS COMBATIENTES DE LA 135 BRIGADA, 31 DIVISIÓN, 3 semana de febrero de 1938, nº 8)

Desde aquí se amenazaba de gravedad a los pueblos más cercanos dominados por los rebeldes. Éstos, sabedores de dicha circunstancia, diseñaron las defensas de las poblaciones para evitar cualquier descuelgue de tropas enemigas desde las montañas.

(Un combatent republicà, estirat sobre del terra, apunta amb el seu fusell protegit darrera d'unes roques. Front del Pirineu aragonès. Generalitat de Catalunya)

El 22 de marzo, en el marco de la Ofensiva de Aragón, la sierra Caballera fue asaltada por las tropas sublevadas. El sector estaba defendido por la 134.ª Brigada mixta republicana. Desde el pueblo de Aniés y a medianoche, partió la 1.ª Brigada de la 63.ª División del ejercito rebelde. Estos hombres iban apoyados por una batería de cañones de origen alemán de calibre 8.8 (el famoso antiaéreo FlaK, que tuvo en la Guerra Civil española su campo de pruebas). 


Cañon FlaK de 8.8 en la Guerra Civil española (www.todocoleccion.net)

El ataque fue difícil debido a las condiciones meteorológicas (lluvia, nieve y frío) y a la dura resistencia presentada por los republicanos. La defensa fue favorecida por el terreno montañoso. De hecho, el plan inicial era que estas tropas rebeldes apoyasen el ataque a las Coronas de Arascués, algo que no pudieron llegar a hacer. Se notifican 34 bajas del ejercito sublevado (21 heridos y 3 muertos solo en uno de los batallones) y se capturan 118 soldados republicanos. 

Esta posición se encuentra en la parte más septentrional de la sierra, justo cuando ésta empieza a perder altura con mayor inclinación. Se asoma como un balcón al valle de la Garona y se sitúa a 1510 metros de altitud. Debía de tratarse de una posición muy consolidada. La dureza del terreno no evitó que se excavase en la roca para construir trincheras. Además, había un doble parapeto de piedras sólido a ambos lados de la línea. 

Esta línea es de unos 150 metros de longitud. La posición a pesar de tener trincheras en todas las direcciones, se abre algo hacia el sur, en dirección hacia el resto de la serranía. 






El terreno está ocupado casi por completo por bojes y arizones. En el lado oeste, hay un pinar de repoblación que afectó negativamente a la conservación de la posición. 




Los restos que se pueden ver en la actualidad, son principalmente la zanjas en el suelo rodeadas de piedras. Quedan algunos tramos de muro, pero la mayoría están derruidos. Esto tal vez se deba al paso del tiempo o a los bombardeos enemigos. 


Aún queda alguna hornacina de las muchas que debía haber en estos muros


La vida aquí debió ser terriblemente dura. Hubo soldados que pasaron en estas alturas el gélido invierno de 1937-1938.


Trinchera del lado oeste. Al fondo, omnipresentes, Peña Oroel y las cumbres del Pirineo


En este lado, queda el muro en mejor estado de conservación de la posición. Está prácticamente intacto


Hacia el norte, antes de introducirse en el pinar (posterior a los años 30) aumenta la profundidad de la trinchera


Bentué de Rasal visto desde esta posición de Sierra Caballera. Al fondo a la izquierda está la Sierra de Javierre, ocupada por los sublevados

Los habitantes de este pueblo tuvieron que realizar sus tareas agrícolas por la noche para evitar el fuego cruzado. Bentué de Rasal fue otro pueblo en la brecha. 

Este hecho esta corroborado por los vestigios que quedan en la actualidad. Las dos imágenes situadas a continuación, son de un muro aspillerado situado en la Sierra de Javierre. Estos puestos de tirador miran hacia la posición de la que hablamos en esta entrada. 

                                                             

           





La disposición en zig zag de la posición es fácilmente visible en sus lados norte y este




Debajo del pinar aún hay algunos muros, además de agujeros que debieron ser refugios subterráneos. En general, este lado está muy alterado por la repoblación forestal


En el lado oeste hay un hueco excavado en el terreno que pudo albergar algún tipo de construcción de gran tamaño

Sierra Caballera tuvo un ambiente de montaña que aún hoy se puede respirar. 

Archivo con la localización aproximada de los vestigios:


Pablo GP

BIBLIOGRAFÍA: 

Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter. 

Gárate, J.M. (1972): Mil días de fuego. Memorias documentadas de la guerra del treinta y seis. Barcelona: Luis de Caralt.

Longarón,  Á: Vivencias de la Toma del Castillo de Becha y de las Crucetas, Ateneu Enciclopedia Popular, Collecció El Vaixell Blanc nº 15.

EN EL FRENTE DE ARAGÓN. (11-08-1937). La Libertad, p 1 y 2. 

Ni el tiempo ni el enemigo han contenido el victorioso avance de nuestros soldados. (24-03-1938). Gaceta de Tenerife, p 4.

martes, 20 de abril de 2021

Aquilero - Lierta

Aquilero es un pequeño monte que se yergue como un espolón hacia el pueblo de Puibolea. Además está muy próximo a la zona de las Salinas. Se encuentra en el límite de los antiguos términos de Lierta y Puibolea. Luego ambos pueblos se fusionaron. Años más tarde ese municipio pasó a formar parte de La Sotonera. 


Aquilero visto desde las faldas del Tozal Chico. 

Lierta está a apenas un kilómetro y medio de esta posición. El monte es un continuo de aliagas y otra vegetación adaptada a la sequía. Alcanza los 733 metros de altitud sobre el nivel del mar, y en su ladera con más pendiente (la que da a Puibolea) tiene casi cien metros de desnivel. Tradicionalmente se usaba esta zona para pastorear y además sus aliagas se recogían para emplearlas en la matacía del cerdo. Es una de las zonas más conocidas por los vecinos. 


Aquilero marcaba el frente republicano, frente a él, y a tan solo seiscientos metros de distancia está el pueblo de Puibolea y su meseta (ambos eran vanguardia del frente franquista). 

Es fácil pensar que entre ambas posiciones se hacían frecuentes "paqueos" (el nombre con el que se denomina a los disparos de los francotiradores) dada su cercanía. Asomar la cabeza era un deporte de riesgo. Antonio Trisán en su novela autobiográfica sobre el Frente de Huesca nos habla de esa actividad de esta manera: 

"De vez en cuando el soldado se confía, sale de su trinchera; asoma demasiado la cabeza, o enciende en la noche, descuidado, su pipa. No tarda la respuesta. Un estampido breve y seco...En la trinchera cae un hombre como un fardo."

Esta posición debió participar en el ataque republicano a las Salinas y a Puibolea de julio de 1937. De hecho, se ve Aquilero en varias ocasiones en la película El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio.

 Aquilero asoma entre el humo de los combates(El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio)

Al situarse este emplazamiento en primera línea, fue el primer sector en ser asaltado en la Ofensiva de Aragón del 22 de marzo de 1938, por parte del ejército sublevado. José María Gárate, testigo de excepción de aquel día, nos narra como después de la preparación artillera y el bombardeo de la aviación, siguió habiendo resistencia de los soldados de la república. Una ametralladora cortaba su avance, y las trincheras tuvieron que asaltarse con granadas y bayoneta calada. "Cedieron en cuanto vieron que el batallón entero se les echaba encima, pero habían resistido bien". 

(Combatents republicans apunten, protegits darrera d una barricada feta amb sacs de terra, al front d Aragó. Generalitat de Catalunya)


Las líneas de trinchera tiene en total una longitud de unis trescientos metros. Sus fosos podían ser puestos de mando, almacenes, nidos de ametralladora o simplemente chabolas donde se hacía la vida. Sobre un mapa, se ve la posición ventajosa que tiene Aquilero para batir cualquier avance enemigo. 


Desde un núcleo central, salen los ramales que se distribuyen por toda la posición. 


En la ladera norte de Aquilero, hay una trinchera terminada en foso que cortaba cualquier avance por este lado




Como las trincheras están cubiertas por la vegetación, hay que tener cuidado al pasear por aquí. Se debe fijar uno bien donde pone el pie


Algunos fosos tiene restos de piedras y tejas. Posiblemente había construcciones





Hacia el sur, se extiende una larga trinchera. Al fondo de la imagen, Mondó



Esta línea sigue la parte más alta de la ladera




Hay fosos intercalados en la línea


Puibolea visto desde Aquilero

Por la carretera que hoy día une Lierta y Puibolea, habría otra tierra de nadie entre los dos bandos. Una brecha estrecha, pero profunda, que separaba a las dos Españas.
 
Archivo con la localización aproximada de los vestigios:


Pablo GP

BIBLIOGRAFÍA: 

Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter. 

Gárate, J.M. (1972): Mil días de fuego. Memorias documentadas de la guerra del treinta y seis. Barcelona: Luis de Caralt.

Trisán Viñuales, A. (1987): Así fue...no sucumbí. Barbastro: Gráf. Mapa 

lunes, 12 de abril de 2021

Tozal Chico - Sierra de Gratal - Lierta

El Tozal Chico es un discreto pico empequeñecido por Peña Gratal. Se sitúa apenas a un kilómetro en línea recta al sur de este célebre vértice. Los vestigios de esta entrada se encuentran a una cota máxima de 1263 metros sobre el nivel del mar y alcanza una prominencia de unos quinientos metros sobre la base de la montaña. 


A la derecha de la pirámide de Gratal, se alza el Tozal Chico

En la actualidad está mucho más cubierto por la vegetación que en la década de 1930, algo que suele ser habitual. En su ladera norte abundan los bojes y los arizones. En la sur, hay un impenetrable bosque de carrascas y coscoja. Este hecho dificulta la visita a estos vestigios, al mismo tiempo que ha facilitado su preservación. 

Desde este lugar hay una panorámica magnífica de todo el norte de la Hoya de Huesca por lo cuál ya podemos intuir su uso y su importancia durante la Guerra civil española. Sus laderas son empinadas y agrestes lo que facilitaba su defensa. Por su lado oeste es prácticamente imposible ascender a pie. 


Ladera oeste del Tozal Chico. Se ven los acantilados y pedreras que lo flanquean por este lado

La Sierra de Gratal estaba ocupada por las fuerzas republicanas del Regimiento Rojo y Negro (División Ascaso) desde finales de 1936. Las condiciones climáticas, de aislamiento y la dificultad de abastecimiento, tuvieron que ser muy duras durante los casi dos años que se combatió en estos montes. Ángel Longarón en su narración sobre el asalto al Tozal del Pueyo, nos cuenta que las fuerzas republicanas partieron desde esta zona. 

Durante el primer semestre de 1937, los ataques a gran escala que hicieron las fuerzas republicanas en la zona norte del Cerco de Huesca, no tuvieron el éxito deseado. Uno de los factores fue la falta de coordinación entre los distintos grupos atacantes.

Quizá por esta circunstancia, Pedro Torralba dice que se decidió montar aquí el puesto de mando de la operación realizada contra Puibolea, en julio de 1937. Desde el Tozal Chico sería fácil ver en todo momento el desarrollo de las operaciones. Se instaló conexión telefónica para ayudar en la organización del ataque. 



Soldados republicanos usando un enlace telefónico en el frente. (El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio)

Durante el golpe de mano contra dicho pueblo, se hizo fuego de ametralladora desde esta posición para dar fuego de cobertura al ataque. En las imágenes que tenemos en la película  El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio, se pueden apreciar muretes de piedra seca similares a los que quedan en la actualidad. 


Una ametralladora dispara contra el molino de la Salina. Al fondo se ve Puibolea. (El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio)


Parte de la panorámica que hay desde el Tozal Chico. Las líneas rojas son el recorrido aproximado del frente gubernamental en julio de 1937. En azul, el de los franquistas. El estrecho pasillo que se aprecia arriba a la izquierda,  era el  cordón que conectaba la ciudad de Huesca con el resto del territorio sublevado. 

Se supone que esta posición siguió siendo utilizada durante más tiempo. Cirilo Martín narra como justo antes de que las fuerzas nacionales iniciasen el ataque el 22 de marzo de 1938, eran conscientes de que eran observados desde la Sierra de Gratal. 


Soldado republicano observando con prismáticos. (El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio)
 
La principal característica que tiene esta posición, es que el terreno apenas está excavado (comparándola con otras de la zona). Las defensas se construyeron con muretes de piedra seca. Esto se debe a que en la cima del Tozal Chico hay una afloramiento de roca caliza, material que es muy arduo de trabajar. Al mismo tiempo hay abundancia de piedras sueltas. Por otro lado, es un punto muy difícil de atacar dadas sus condiciones naturales y su altura respecto a las posiciones nacionales, por lo que no fue tan necesaria una fortificación mayor. 

Como ya se ha comentado, es muy difícil acceder a la zona meridional de la posición. Es muy probable que haya mas restos que los fotografiados aquí. 


La cima está rodeada por muretes en mejor y peor estado de conservación. El paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas han podido jugar en su contra


En algunos puntos se aprecia que el terreno fue parcialmente excavado


Gratal vigila atenta la posición. Una pequeña roca que asoma a la derecha, con forma de dedo, es conocida en la zona como "El Santo". Como sucede en otros puntos de nuestra geografía, la sombra de esta roca era usada por los lugareños para saber la hora. 




Algunas grandes rocas apenas tuvieron que sufrir modificaciones para ser utilizadas como parapeto



A un nivel inferior, hay varias casetas que se apoyan en la montaña. Sobre muros y sobre el mismo suelo nacen incluso carrascas. La vegetación ha comenzado a devorar estos vestigios. 



Para hacer algunas paredes de las casetas, se excavó parcialmente en la roca. Hay al menos cuatro casetas de pequeño tamaño y otra más grande.



Algo más al sur, hay más parapetos con una vista más accesible a la Hoya. Los bojes crecen en la misma trinchera



Por debajo de la cima, transita otro parapeto. Es una zona oscura y con bosque muy espeso





Parapetos del lado oeste con vistas a la zona de las Salinas. Al fondo, Bolea 


De nuevo, otros vestigios acompañados de un entorno privilegiado. La naturaleza agreste y salvaje de la Sierra de Gratal que hoy nos maravilla, seguramente les trajo muchas incomodidades a los combatientes. Es un terreno donde la montaña y la memoria van de la mano. 

Archivo con la localización aproximada de los vestigios:


Pablo GP

BIBLIOGRAFÍA: 

Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter. 

Longarón,  Á: Vivencias de la Toma del Castillo de Becha y de las Crucetas, Ateneu Enciclopedia Popular, Collecció El Vaixell Blanc nº 15.

Martín Retortillo, C. (1942): La liberación de Huesca. Huesca: Gráfica Oscense.