lunes, 21 de diciembre de 2020

Cota 656 - La Sotonera

En esta entrada vamos a hablar de una pequeña loma puntiaguda situada al norte de Mondó. No tiene un nombre propio y en los mapas actuales está marcada con 656 metros de altitud sobre el nivel del mar. En la bibliografía consultada hasta ahora no aparecen hechos unidos a ella ni es nombrada, por lo que todo lo que vamos a hablar hoy entra en el terreno de la especulación. En este blog, hasta ahora, hemos hablado solo de posiciones grandes con cientos de metros de trinchera y refugios subterráneos, pero en Lierta hay localizaciones mucho más modestas, como ésta. 

Cota 656 desde el camino que une Lierta y Esquedas.

Lo único que se puede apreciar en ella es una trinchera relativamente profunda situada en su parte más alta. Esta trinchera forma un círculo y en ella se puede intuir una salida orientada hacia el suroeste. La atribución de ésta estructura a la Guerra civil no está respaldada por ningún resto en superficie de la contienda. Sin embargo la situación tan cercana a otras posiciones como Mondó, su forma, y el hecho de que no haya otras explicaciones a la presencia de un foso en un lugar como éste, hacen que lo más seguro es que sí que sea un vestigio de la Guerra Civil española. 

Está situada a apenas doscientos metros de distancia de las estructuras defensivas de Mondó y a kilómetro y medio de Lierta. La loma no estaba preparada para ningún ataque serio por lo que lo más probable es que fuera un punto de escucha. Mondó está a ochenta metros de altitud respecto a la zona de paso, mientras que la Cota 656 solo está a quince metros. Para vigilancia diurna de este sector del frente bastaban las posiciones de Mondó y Puibolea, pero para detectar infiltraciones enemigas durante la noche solo se podía usar el oído, algo para lo que esta trinchera era mucho más útil. Seguramente las personas encargadas de hacer guardia en ese punto estaban adscritas a las situadas en Mondó. 

Un soldado vigilando el frente. (Frente de Aragón. Escenas del frente. Biblioteca Nacional de España)

Esta zona es un punto relativamente plano (si exceptuamos el cauce del Vénia) que se encuentra entre Mondó y las lomas de Puibolea. Estas dos posiciones eran de los rebeldes y sí que tenemos algún testimonio de que se produjeron infiltraciones republicanas entre ambas en el año 1937, con tiroteos entre patrullas incluidos. Entre esto y la orientación de la entrada de la trinchera, podemos pensar que fue una posición construida y ocupada solo por los sublevados. Hay alguna otra estructura en la loma que podría estar relacionada. 


Cota 656 desde Mondó. Se puede intuir la trinchera en su punto más alto. 

La trinchera actualmente está cubierta de vegetación pero en algunos puntos aún conserva algo de su profundidad y es reconocible. 





El punto este es el más profundo hoy en día

Hacer las guardias aquí no debía ser algo demasiado codiciado, el ejército gubernamental tenía posiciones, como mucho, a ochocientos metros de distancia. El peligro de que durante la noche se rebanase el cuello del centinela aquí apostado, tuvo que ser importante. Hasta el más mínimo vestigio tiene que guardar recuerdos que erizarían el cuello de cualquiera. 

Por último os dejo el enlace con la geolocalización de estos vestigios:


Pablo GP

BIBLIOGRAFÍA: 

Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter. 

sábado, 12 de diciembre de 2020

Corona sur - Las Coronas - Arascués

En esta ocasión vamos a hablar de la meseta sur de las Coronas, a la que llamaremos Corona sur. También se conoce con el nombre de Foraz. Es más pequeña que la norte, con unas 60 hectáreas y se encuentra entre Lierta (a menos de un kilómetro al oeste) y Arascués (al este). Tiene una orientación noreste-suroeste. Domina completamente el pueblo de Lierta y se encuentra separada de él por el cauce del río Vénia. Su cota más alta es de 765 metros de altitud. Su ladera orientada a poniente esta cubierta por un pinar de repoblación con abundante sotobosque de boj y algunos ejemplares de carrasca así como algún campo de cultivo.

Visión actual de la Corona sur desde la punta septentrional de Mondó. Mondó y las Coronas fueron posiciones enfrentadas durante gran parte del conflicto.


La parte alta es llana y en la actualidad hay varios prados con ejemplares de carrasca de gran tamaño. La ladera este es menos pronunciada y tiene campos de cultivo, algunos de ellos en estado de abandono. 


Parte alta de la meseta

Como pasaba en la Corona norte, la repoblación forestal de la meseta ha podido jugar en contra de la conservación de los vestigios aunque en este caso la trinchera es visible durante más metros. 


Bosque de repoblación

La Corona sur tiene unido su historial bélico durante la Guerra Civil española a la Corona norte y al Tozal del Pueyo. Como ya comentamos, podemos hablar de dos grandes episodios de combate en esta zona. Del primero de ellos (diciembre de 1936 y enero de 1937) ya hablamos en esas entradas, pero del segundo vamos a hablar en la entrada presente. 



Soldados nacionales con artillería en el frente de Huesca. Guerra civil. Batería artillera de 7 y medio en el Frente de Huesca. Archivo Municipal de Zaragoza. 

Seguramente cuando pensamos en grandes batallas de la Guerra Civil nos vienen a la cabeza los nombres de Belchite, Teruel, Brunete o el Ebro. Sin embargo la Ofensiva de Aragón queda bastante más olvidada que éstas, siendo que fue mucho más decisiva. Se inició en marzo de 1938 tras finalizar la Batalla de Teruel, y en ella el mando rebelde aprovechó la gran masa de tropas que había acumulado en este sector y el desmoralizamiento del ejército republicano tras dicha batalla, para romper el frente a lo largo de todo Aragón, con el fin de dividir el territorio gubernamental en dos. Estos importantes acontecimientos tienen en Lierta y sus alrededores uno de sus capítulos más trascendentales ya que este sector  fue uno de los elegidos por el bando franquista para iniciar la Ofensiva en el norte del Ebro el día 22 de marzo de 1938. 


Corona sur durante la Guerra Civil. (La conquista del Carrascal de Chimillas. Frente de Huesca)

Durante el otoño de 1937 se había producido el relevo de las unidades republicanas del Cerco de Huesca, siendo ocupadas las posiciones gubernamentales de Lierta y alrededores por la 31.ª División del Ejército Popular de la República. La Roja y Negra y el resto de unidades anarquistas que habían pasado a ser la 127.ª Brigada Mixta y que habían luchado en esta zona previamente, fueron trasladadas a otros frentes donde convertidas ya en unidades con bastante experiencia, firmarían algunas de sus jornadas más memorables. Los hombres de la 31.ª División ocupaban las posiciones de las Coronas y sus alrededores en marzo. 


Soldados republicanos defendiendo una posición en el Frente de Huesca. (División Heroica en el Frente de Huesca)

Como muestra de algunas de las reflexiones que podían pasarse por la cabeza de estos soldados antes de producirse el ataque, voy a reproducir un texto de la publicación Frente Popular, que era el órgano de propaganda de la 135. ª Brigada Mixta, perteneciente a la 31.ª División: 

 "Llegó el invierno. Las montañas se cubren de nieve. El frio, clavando sus arietes en la piel del bravo combatiente. Las noches frías se suceden una tras otra, mientras el combatiente, impávido, continúa su vigilancia, atento a los movimientos del enemigo. El frio no es bastante para él, para deshacer su moral combativa. Su convencimiento antifascista es tan fuerte, que no se dobla ante el frio como no se dobló ante las balas. 

El combatiente antifascista continúa ojo avizor en su puesto de guardia, ante el frio, como lo estuvo en las bellas noches de primavera, cuando la luna iluminaba esas tierras aragonesas. Tierras de trabajo un día, tierras de desolación y muerte hoy, convertidas en campos de batalla gracias a la mala conciencia de unos generales traidores. 

La tierra que un día fue fecunda, bajo la mano del campesino, está hoy abandonada entre hileras tétricas de trincheras y alambradas. Sus campos ya no están abiertos por el surco del arado fecundo, símbolo del trabajador humano. Ha sido sustituido por el pico demoledor, que va abriendo agujeros por todas partes, para preservar los cuerpos humanos de la destructora metralla."


Soldados rebeldes en el frente de Aragón (Guerra civil. Soldados en descanso en el Frente de Belchite. Archivo Municipal de Zaragoza)

Para hablar de como se produjo el ataque a las Coronas en la Ofensiva de Aragón, he empleado el capítulo Puibolea: la hora H de Aragón del libro autobiográfico Mil días de Fuego de José María Gárate Córdoba.  El autor luchó en el bando rebelde y recoge experiencias propias y de compañeros  durante ese día. La intención del mando era romper el frente en una extensión de unos cuatro kilómetros en el sector de Lierta, desde el norte de Mondó hasta las Coronas, acción que se inició el día 22 de marzo de 1938 desde Puibolea. El mal tiempo y la resistencia republicana complicaron y desbarataron algunos de los planes iniciales para ese día. En primer lugar, se pretendía llegar en un día hasta Bandaliés y ese día no se consiguió superar la línea que marcaban las Coronas. Por otro lado, se pretendía que algunas unidades nacionales flanqueasen estas posiciones republicanas desde la Sierra de Gratal (acción que ya habían realizado los republicanos en enero de 1937 ya que es una zona permeable) pero no se consiguió, y se tuvo que asaltar las Coronas de frente. En los días previos se produjo el relevo de las unidades rebeldes del sector, que pasó a estar ocupado por la 63. ª División. Percatada de este relevo, la artillería republicana hostigó estos movimientos causando algunas bajas. 

El autor nos cuenta como el bando rebelde bombardeó las posiciones republicanas (entre ellas y seguramente de forma más intensa a la de las Coronas). Este bombardeo fue de artillería y aviación y duró dos horas y media. Se emplearon al menos 21 aviones entre los que había varios Junkers Ju 87 de la Legión Cóndor (modelo que más tarde asolaría los campos de batalla de Europa durante la 2ª Guerra Mundial)  y que realizaron 3 pasadas. 

"Resuena por los valles el retumbar de las explosiones, primero superpuesto, multiplicado, luego unido como en un eco sordo. Desde el vallejo de la contrapendiente en que estamos no se ven los impactos, ni las llamaradas, sólo un humazo alto, unido ya al polvo nebuloso, de un gris panzaburra, que se difunde en la niebla de la artillería, formando una cortina traslúcida sobre el horizonte. Pasan otra vez, y una tercera, y el ruido, el humo y el olor a chamusquina llenan el campo nuestro y suponemos que más el de los rojos". 

 


Avión Savoia S-79 Marchetti de origen italiano en vuelo (Guerra civil. Avión de caza de la Legión Cóndor en pleno vuelo. Archivo Municipal de Zaragoza.)


(Avió Fokker VII E.C. A.M.A, de l'aviació republicana sobre combatents, també republicans, al Front d'Aragó. Generalitat de Catalunya.)

El por qué se decidió atacar un sector tan fortificado puede estar relacionado con el hecho de que el mando ya conocía estas posiciones tras su breve estancia en diciembre de 1936 y enero de 1937. Parece ser que una vez superada la primera línea (con resistencia pese al bombardeo) y ocupado el pueblo de Lierta, el avance nacional quedó detenido ante las Coronas. La aviación republicana hizo acto de presencia y dejó soltar algunas bombas sobre Puibolea. Los vestigios que vemos hoy en día fueron los empleados por los republicanos para defenderse este día, y como hemos visto y veremos las lomas estaban fortificadas de una manera importante. 


Combatents republicans armats defensant darrera una trinxera, al front d'Aragó. Generalitat de Catalunya

Era una situación comprometida para los atacantes que estaban bajo el fuego enemigo y se tenían que resguardar; sin embargo, parece ser que una compañía de Indígenas (tropas norteafricanas) del Batallón las Navas (que estaba en reserva) solucionó la papeleta al asaltar las trincheras de la Corona sur, aunque con importantes pérdidas. El Tercio de Requetés Ortiz de Zarate se encargó de ocupar la Corona norte, sin duda favorecidos por la toma de la sur. Y es que las tropas republicanas tenían bastante miedo a que el enemigo les cogiese la espalda. Sus posiciones no estaban diseñadas para defenderse en caso de ser envueltos. Rota la línea en un punto, el frente quedaba comprometido. Estos hechos referentes al Tercio de Requetés se nos cuentan de la siguiente manera:

"no conseguía romper el frente la compañía de punta. Se quedó frenada en seco a media ladera, en un llano, bajo un fuego rasante, en una situación peligrosísima"

 Y de esta manera el asalto de los Indígenas:

"el teniente se lanzó rápido con la compañía al asalto, por el costado derecho de los requetés. Era muy denso el fuego que le hacían y un pelotón de moros caía casi entero, enfilado por una ametralladora situada al flanco. Les iba a destrozar, y el teniente, personalmente, se ocupó de hacerla callar con un buen zambombazo suyo. Cogió la bandera y agitándola se adelantó con ella hacia la posición roja más próxima. Los moros, con el alférez Vázquez de Prada, le seguían y entraron tras él a las trincheras de la meseta de La Corona Sur. Le esperaban aún algunos rojos, pero no resistieron, cayeron prisioneros un buen puñado de ellos y el material que había en la posición" 

Por la noche, una vez ocupadas las Coronas y el Castillo de Nisano, los republicanos intentaron un contraataque de forma infructuosa. El día acaba con 3 muertos y 98 heridos para los rebeldes y con centenares de muertos, 111 prisioneros y 117 presentados para los republicanos, según las cifras que da Gárate.  Se ha avanzado tan solo unos 3.5 km en el campo gubernamental pero se ha desbaratado una de las puertas de todo su sistema defensivo. Lierta, al parecer, estaba evacuado desde inicios del año 1937, algo que la República sí que solía hacer con los pueblos situados en primera línea de frente. 


 Triángulos azules, posiciones nacionales al inicio del día 22 de marzo. Los triángulos negros, las posiciones ocupadas durante ese día. En rojo las posiciones republicanas al finalizar el día. 

El mando del ejército de la república no fue consciente del calibre de la ofensiva y además apenas tenía reservas para enviar de refuerzo. Aún así, se tardaría dos días más en levantar el Cerco de Huesca acabando los combates en torno a dicha ciudad de forma definitiva. 

Terminados de narrar los principales hechos aquí acaecidos vamos a hablar de los vestigios. De nuevo, como ya hablamos en la Corona norte, estos vestigios seguramente son el resultado de la fortificación realizada por la República y fueron empleados en los combates de los que acabamos de hablar. 


Siguiendo la zona con más pendiente, hay una línea de trinchera que se inicia en la parte arbolada de la loma. Ahí, la trinchera es menos perceptible a simple vista y está muy colmatada. Justo en su extremo hay lo que podía ser un nido de ametralladora, pero no queda nada más que un hueco. 


Línea de trinchera bajo los árboles, siguiendo el borde de la pendiente. 


En ocasiones salen ramales de la trinchera hacia fosos situados más al interior de la loma. Es probable que estuviesen techados y protegidos de algún modo. 





Cuando desaparecen los árboles, es más apreciable la trinchera excavada sobre el terreno. 


Hacia la mitad de la loma es fácilmente visible una trinchera marcada con el clásico diseño en zigzag, básico para protegerse del fuego enemigo. En la siguiente imagen aérea de 1956 (antes de la repoblación)  es perceptible este tramo que aún hoy en día sigue marcado. 





Salvo uno, todos los refugios subterráneos están completamente hundidos. Algunos están emparejados por lo que es muy probable que conectasen entre ellos para tener una salida en caso de derrumbe. 



La finalidad de hacer varios refugios de pequeño tamaño era para minimizar pérdidas humanas en caso de desplome, algo que se aprendió en la 1ª Guerra Mundial. 



En primer término, Lierta, completamente dominado por la Corona sur. En segundo término, Puibolea, desde donde se inició la ofensiva de 1938. Al fondo y apenas perceptible, Bolea. 



Conforme nos acercamos al vértice sur de la Corona, aumenta el número de construcciones subterráneas, tal vez por la cercanía que tenía este punto a las posiciones franquistas de Mondó. 


En este punto el suelo ha colapsado sobre un túnel subterráneo. 


Entrada a un túnel subterráneo. Es la estructura más grande y que en mejor estado está de toda la Corona sur. Aún así está parcialmente colapsada (imagen anterior) y apenas se puede pasar reptando. Hay basura reciente en su interior y una colonia de murciélagos en el tramo posterior al colapso. En total puede tener unos 10 metros de largo. 


Parte inicial del túnel, la que presenta un mejor aspecto. Tiene alguna hornacina excavada en la pared. 


Aquí otro túnel, completamente hundido. 





Situado en el vértice sur de la Corona sur, encontramos un entramado de trincheras, refugios subterráneos e incluso lo que pueden ser restos de fortín que forman el conjunto más interesante de toda la loma. 


Los refugios subterráneos están totalmente hundidos, y en el único que es "posible" su entrada lo único que se puede apreciar es el gran tamaño que pudieron tener y el hecho de que seguramente estuviesen interconectados. Este entramado seguramente tendría techados y protegidos sus tramos de trinchera. 



Justo antes del acantilado sur de la Corona, hay restos de lo que podría ser un fortín, con ventanas excavadas hacia el interior de la posición. 




Vista de la pared que da al acantilado. 


En dicha pared hay huecos excavados en la roca que dan al vacío, lo que puede ser una prueba de que anteriormente había fortificaciones que hoy no están. Tal vez fuesen destruidas durante la guerra, o posteriormente. 


Para finalizar, tenemos una imagen del célebre Mondó desde la Corona sur. Es un paisaje en el que con un poco de imaginación, y sabiendo un poquito de las historias que encierra, aún se puede sentir vibrar la historia de la Guerra Civil española. 

Mondó es bastante más conocido que otras posiciones que hay en Lierta, de hecho, en el magnífico trabajo recopilatorio que se hace en el libro Vestigios de la Guerra Civil en Aragón (Huesca) del programa Amarga Memoria del Gobierno de Aragón, sí que tiene su reseña correspondiente, al contrario que otras posiciones de las que hemos hablado en este blog, como las Coronas o el Tozal del Pueyo  (solo se marca que hubo combates). A pesar de ellos, todas estas posiciones están a día de hoy completamente abandonadas y a merced del deterioro del tiempo, del olvido y de los amigos de lo ajeno. Gente de la zona que vive a menos de un kilómetro de un lugar como éste, no sabía ni de su existencia.  Si todo sigue así, el único futuro que tendrán estos vestigios será el ostracismo y la desaparición. 

Aquí dejo el archivo con la geolocalización de los vestigios de la Corona sur. Hay que tener en cuenta que no están marcados los de el vértice más meridional. 

Descargar

Pablo GP

BIBLIOGRAFÍA: 

Arcarazo, L.A.; Barrachina, P.; Martínez de Baños, F. (2007): Guerra Civil en Aragón, Huesca "el cerco". Zaragoza: Delsán. 

Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter. 

Gárate, J.M. (1972): Mil días de fuego. Memorias documentadas de la guerra del treinta y seis. Barcelona: Luis de Caralt.

El centinela Insistiendo sobre el contrataque. (1ª semana de enero de 1938)  FRENTE POPULAR PORTAVOZ DE LOS COMBATIENTES DE LA 135 BRIGADA 31 DIVISIÓN, p 3. 

Molina, L y Permuy, R.A. (2016). Mitos y falacias de los bombardeos del Maestrazgo por aviones "Stuka" (mayo de 1938). APORTES, Nº90, año XXXI (1/2016), pp. 217-250. 

guerraenlauniversidad.blogspot.com

viernes, 4 de diciembre de 2020

Posición Tozal del Pueyo - Lierta

En esta ocasión vamos a hablar sobre los vestigios que podemos ver en el denominado Tozal del Pueyo. Bajo mi punto de vista, es uno de los lugares con más encanto de todos los que rodean Lierta. Se trata de una pequeña elevación que alcanza los 828 metros de altura con una prominencia de unos 70 metros sobre su entorno. Se encuentra al noreste del pueblo de Lierta y dentro de su término municipal (actualmente La Sotonera) aunque muy cerca del límite con el de Nueno. Es fácilmente reconocible porque es atravesado por una línea eléctrica de alta tensión teniendo un poste en su parte alta. 


Tozal del Pueyo en la izquierda de la imagen con la Corona norte a la derecha.

El montículo se encuentra poblado por algunas carrascas y un muy espeso monte bajo de coscoja que lo hace absolutamente impenetrable en muchas zonas. De hecho este factor dificulta la visita de algunos refugios y tramos de trinchera por lo cuál es recomendable el empleo de pantalón largo y manga larga. La parte más fácil por la que subir es el tramo en el que debido a la línea de alta tensión se hacen desbroces periódicos. La línea de alta tensión data de los años 70. 



Tozal del Pueyo a contraluz visto desde el norte. La Corona Norte a la izquierda, seguido del Carrascal de Nisano. A la derecha se ve parte del pantano de la Sotonera. 

Como ya comentamos en la anterior entrada el Tozal del Pueyo está muy ligado a las otras posiciones de las Coronas, en especial a la norte,  y su suerte fue la misma durante la guerra. Sin embargo si que vemos una diferencia en cuanto a su lógica constructiva. En las Coronas las fortificaciones están encaradas hacia el oeste (hacia el ejército rebelde) mientras que en el Tozal del Pueyo la posición rodea todo el promontorio y sus construcciones se distribuyen de forma uniforme. Esto puede deberse a al menos dos razones: la primera que esta posición no tiene un tamaño grande y está aislada por lo cuál podía ser fácilmente envuelta y tenía que poder defenderse en cualquier dirección en caso de ataque, la segunda es que se empezase a fortificar en diciembre de 1936 cuando el bando franquista conquistó la zona. Sabemos que entre esas fuerzas ocupantes había zapadores ya que dos de ellos tienen sus tumbas en el cementerio de Lierta (murieron el día del contraataque republicano). Y es que mientras los republicanos concebían la defensa del frente mediante una trinchera continua, los rebeldes lo hacían formando posiciones fortificadas aisladas. La primera defensa es vulnerable en caso de ser superada la línea en algún punto, circunstancia de la que se aprovechó el ejercito rebelde en marzo de 1938 tal y como veremos en una próxima entrada. Esta diferencia de estrategia defensiva fue exitosa en la Guerra Civil para los sublevados y es perfectamente apreciable en las posiciones que rodean Lierta. Las posiciones republicanas están únicamente encaradas hacia el frente enemigo, mientras que las rebeldes formaron blocaos enfocados a todas las vertientes tal y como vemos en el Tozal del Pueyo. 



 Los refugios subterráneos en la actualidad están en distinto estado de conservación: algunos completamente hundidos, solo se intuye la entrada, otros se puede acceder y tiene gran parte sin hundir. Sin embargo no hay ningún refugio que no tenga parte del techo desplomado por lo que entrar en ellos no es algo recomendable tal y como se habló en la primera entrada de este blog, y es que los refugios construidos durante la Guerra Civil se desplomaban a menudo y requerían mantenimiento constante durante la contienda misma. Es bastante probable que haya más refugios de los que se marcan en esta entrada, pero ello se debe a que parte de la ladera del lado este es impenetrable por su vegetación. Hay murciélagos en varios refugios y hay que recordar que tanto a nivel autonómico como estatal son especies protegidas por lo que no debemos molestarlos ni acercarnos a ellos. 


Vemos a un soldado salir de un refugio con un aspecto similar a como tuvieron que ser los del Tozal del Pueyo. (Un militar propaga un missatge de propaganda republicana al Front d'Aragó. Generalitat de Catalunya) 


Varios soldados republicanos en el Frente de Huesca. Se pueden ver los refugios y sus entradas. Es bastante probable que los refugios de los que hablamos aquí tuvieran entradas similares. (Combatents republicans, refugiats dins d amagatalls, al front d Aragó. Generalitat de Catalunya) 

En la entrada de la Corona Norte ya hablamos sobre los combates de diciembre de 1936 y enero de 1937, pero vamos a completar con algún dato más. En primer lugar vamos a ver un mapa con la dirección de ataque republicana del 6 de enero de 1937 según las fuentes de la bibliografía: 


Los triángulos azules son las posiciones rebeldes tras el ataque republicano, los triángulos negros las posiciones reconquistadas por los republicanos y las flechas las direcciones de ataque. 

Los testimonios de estos combates nos cuentan que el Tozal del Pueyo fue atacado ese día con la ayuda de fuego de cobertura de un fusil ametrallador colocado en una paridera, que los mapas llaman del Bernazal. 


La flecha continua indica el probable camino de bajada que siguieron las tropas de la Roja y Negra para descolgarse desde la Sierra de Gratal (este camino ya no existe). La línea de puntos indica el fuego de cobertura realizado en esos combates. 


Tropas anarquistas disparando un fusil ametrallador en el frente de Huesca. El fusil ametrallador es de origen soviético por lo que es probable que en enero de 1937 estos hombres aún no dispusiesen de un modelo similar. (El ejército de la victoria. Un episodio: Casa Ambrosio 1937) 

Para terminar de hablar de la reconquista de las Coronas y del Tozal Pueyo, reproduzco el artículo que se escribió en el diario madrileño Ahora en su edición del 08-01-1937 y que nos agrega algunos datos: 

"BARBASTRO, 7-Comunican de Tierz que en el sector de norte de Huesca tuvo lugar una brillante operación, habiendo rectificado el frente y consiguiendo, además, la ocupación de poblaciones de importancia estratégica como Lierta y Arascúes. 

A las ocho de la mañana comenzó la labor preparatoria de Artillería. El enemigo, que se había fortificado en las lomas que dan vista a Arascúes, creyó al terminar nuestro fuego que habíamos desistido del propósito de desalojarle de las importantes posiciones que ocupaba. Pero a las dos co- desde sus posiciones. Las Milicias avanzaron por el centro de este frente, atacando la ermita del Olivar, la cual no se había logrado ocupar hasta ahora. Dicha ermita había sido fortificada por los facciosos, y por el ventajoso emplazamiento en lo alto de una lomana dominaba gran parte del sector, imposibilitando los movimientos de nuestras fuerzas, que eran batidas por ametralladoras. 

El enemigo, ante este brioso ataque, huyó, y fueron suficientes unos 300 milicianos para conquistar todos los objetivos señalados por el mando, apoderándose de Arascúes. Las lomas cercanas al pueblo, posiciones de gran valor estratégico, así como Lierta, quedan también en nuestro poder. 

Al terminar el combate tenían en su poder un cañón del siete y medio. seis ametralladoras, más de ciento cincuenta fusiles, municiones de todas clases, varios heliógrafos, veinte mulos, banderas fascistas y se capturaron veinticinco prisioneros entre ellos un oficial fascista y un cura disfrazado. 

En su huída el enemigo abandonó en el campo gran número de cadáveres, que fueron recogidos por nuestras ambulancias. Entre ellos hay elementos de Falange, soldados y fuerzas marroquíes e italianas. 

El alto mando ha felicitado a todas las fuerzas que han participado en la operación. 

Esta mañana se realizó una operación ofensiva sobre Puibolea, castigando, duramente al enemigo y obligándole a replegarse precipitadamente."


Como pasaba en la Corona Norte, los últimos que usaron estas estructuras de las que vamos a hablar fueron los soldados de la 31ª. División del Ejército Popular de la República por lo que es probable que fuesen estos soldados los constructores de casi todos los vestigios que vemos en la actualidad aunque la posición estuviese usada también por la Roja y Negra y las tropas sublevadas. 

Por toda la posición es habitual encontrar restos de techos de uralita y tejas ya que las entradas a los refugios e incluso las trincheras podían estar cubiertos y camuflados para evitar su bombardeo por parte de la aviación. Este nivel de fortificación es muestra de que estuvo durante casi dos años en uso y en primera línea. 


Entrada a un refugio techada y con camuflaje. (Soldats republicans defensen una posició darrera una trinxera. Front d'Aragó. Generalitat de Catalunya)

Comencemos con las imágenes de los vestigios tal y como se pueden ver actualmente: 








Los refugios están directamente excavados en la roca y a la inmensa mayoría de los que se puede entrar, solo se puede hacer por una estrecha abertura. En total tengo contabilizados unos 23 refugios, 10 de ellos hundidos totalmente, 2 de tamaño medio y uno de un tamaño considerable. Seguramente haya un número mayor de refugios. 




La coscoja tapa algunas entradas. Hay refugios con entradas muy próximas y es probable que conectasen entre ellos, pero desafortunadamente hoy en día esos refugios están hundidos. 


Las cuevas orientadas al oeste y al norte son bastante húmedas, no creo que fuesen utilizadas como espacio de vida. 



Este es uno de los refugios de tamaño mediano. Salvo la entrada, está en relativo buen estado de conservación y en la zona más profunda el suelo es el original. 


En el fondo de este refugio (izquierda) hay presente una hornacina en la pared. Hay varias hornacinas más en otros refugios y es algo  que hace especial a este lugar. Estos huecos, que no eran de mucho tamaño, seguramente tenían el uso de servir para colocar velas o similares. Justamente las hornacinas se encuentran en los refugios menos húmedos. En otro refugio hay una gran roca excavada en el fondo que pudo ser aprovechada como mesa. 


Este es un refugio difícil de acceder por el matorral de coscoja. Tiene una gran roca en su entrada que ha impedido el derrumbe de la entrada. 


En su fondo tiene otro hueco excavado en la roca de mayor tamaño que en las demás. Esta cueva está enfocada hacia el oeste (el frente contrario) y es probable que ahí se almacenase munición.  


Otro de los restos más bonitos de ver en el Tozal del Pueyo,  son los ganchos, clavos e incluso palos (en mal estado) que aún ser conservan clavados en las paredes de los refugios. En esta imagen podemos ver 3 distintos. Podrían tener distintos usos, como una simple percha para colgar ropa, colgar iluminación...


Detalle de uno de los ganchos




En esta imagen observamos parte de la trinchera que rodea a los refugios. Algunos incluso tienen trinchera de conexión con la principal. En este caso, además, se ve el ramal que sale hacia el nivel inferior de la posición. 


Este es el refugio más grande todos. Aunque tiene su entrada bastante hundida y varios centímetros de rocas y tierra en el suelo de su interior, aún conserva parte de su esplendor. 



Entrada vista desde el interior



En el interior de este refugio, salen tres pequeños túneles en distintas direcciones, el central es apenas un hueco, y los dos laterales son algo más profundos, aunque no mucho. En sus paredes se pueden ver aún los detalles del trabajo con el pico para excavar. 




Sin duda el trabajo de realizar todas estas construcciones tuvo que ser muy arduo. Pero hay que pensar que las construcciones de este tipo podían salvarte la vida. El Gobierno republicano hizo durante toda la contienda especial hincapié en la importancia de las fortificaciones, con abundante propaganda al respecto. Sabedores de una inferioridad de medios materiales, la única solución a bombardeos de aviación y artillería era enterrarse literalmente en el suelo. El sudor de picar te podía ahorrar sangre a la hora del combate. 


Cartel propagandístico republicano animando a la fortificación (http://www.cervantesvirtual.com/obra/construyendo-fortificaciones-y-refugios-evitaremos-muchos-dolores-y-nos-haremos-mas-fuertes/)
 

En general en Lierta, y basándonos en los restos que se aprecian hoy en día, las líneas republicanas estaban mucho más fortificadas y casi todos sus refugios eran subterráneos. Las posiciones franquistas tienen muy pocas construcciones bajo tierra. 

Al igual que en la Corona Norte, no podemos establecer fehacientemente y a día de hoy ningún uso exacto en estos refugios, pero sí que podemos imaginar que podían ser puestos de mando, botiquines, polvorines y lugares desde los que hacer fuego. Sin embargo la gran mayoría serían espacios de vida o una combinación de varios. 

Por último os dejo el enlace con la geolocalización de estos vestigios:



Pablo GP


BIBLIOGRAFÍA: 

Arcarazo, L.A.; Barrachina, P.; Martínez de Baños, F. (2007): Guerra Civil en Aragón, Huesca "el cerco". Zaragoza: Delsán. 

Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter. 

¡ASÍ SE DEFIENDE MADRID!. (08-01-1937). AHORA, p 6.

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http://guerraenlauniversidad.blogspot.com/