Puibolea es un pequeño pueblo que se encuentra entre Lierta y Bolea. Desde el siglo XIX formaba parte del término municipal de Lierta y ya en los años 70 este término se unió a otros para formar el municipio de La Sotonera.
La población está enclavada al norte de una loma y goza de unas condiciones naturales de defensa privilegiadas. La loma tiene unos 900 metros de largo en dirección norte-sur. Hay unos 80 metros de elevación entre las llanuras circundantes y el punto más elevado de la loma que alcanza los 700 metros de altitud.
Puibolea y Lierta se encuentran muy próximos el uno del otro y su historia y familias están muy unidas. Durante la Guerra Civil española las casas del mismo pueblo de Puibolea formaban la primera línea de frente. Toda la loma, conocida como la Corona de Puibolea, era una posición de primera línea. En esta entrada vamos a ver las estructuras de esa posición.
Puibolea en la actualidad
El pueblo sufriendo un bombardeo de artillería en el verano de 1937. (El Ejército de la Victoria. Un episodio: Casa Ambrosio. 1937)
Toda la zona sufrió combates de mayor o menor intensidad desde el verano de 1936 hasta marzo de 1938. Sin embargo podemos hablar de dos momentos en los que éstos fueron más importantes.
El primero de ellos fue a finales de Julio de 1937. Las fuerzas gubernamentales de la 127.ª Brigada Mixta habían planeado un golpe de Mano sobre Puibolea en el que incluso se pretendía llegar hasta Bolea. Al mando de la brigada estaba el anarquista Máximo Franco (acabó el mismo con su vida en abril de 1939, atrapado en el puerto de Alicante, al no querer ser capturado). El comisario político presente era Manuel Lozano (fue fusilado por los vencedores en Zaragoza en 1945, sus memorias publicadas de forma póstuma hacen referencia a estos combates). El día 26 la artillería republicana comenzó a disparar con dos baterías del 7,5 contra el pueblo y las posiciones aledañas. El Puesto de Mando de la operación se situó en el Tozal Chico, debajo del Pico Gratal.
Los vecinos de Puibolea se refugiaron en las célebres bodegas de la localidad. A las 3 de la mañana del día 27 se intentó el asalto. El 2.º Batallón tenía como objetivo rodear Mondó pero fue descubierto. El 4.º Batallón intentó tomar el pueblo y su Corona siendo rechazado. Este batallón lo dirigía Miguel Gella, un anarquista oscense que murió a consecuencia de las heridas recibidas en combate, y tras ser ascendido a comandante, en mayo de 1938 en los combates de Castelfrío, Teruel. Puibolea fue defendida ese día por fuerzas de la 6.ª Bandera de Falange de Aragón y por algunos vecinos. Previamente también había estado la 4.ª Bandera de Falange de Aragón.
Tras el fracaso inicial, el día 28 de julio el 4.º Batallón atacó la posición del Molino de las Salinas, localizada al norte de Puibolea y en la que había varios edificios diseminados. En este caso, y gracias, entre otras cosas, a ocupar las posiciones más elevadas de la Sierra de Gratal, el ataque fue exitoso. La falange que defendía el molino tuvo un 75 % de bajas (unos 25 hombres). Según comenta Pedro Torralba en "De Ayerbe a la Roja y Negra" algunos de los falangistas que murieron ese día eran culpables de varios asesinatos en los pueblos de alrededor. La aviación rebelde actuó en contra de los atacantes.
Artillería republicana disparando a los edificios del entorno del Molino de la Salina que ocupaban las fuerzas sublevadas. Estaban a menos de 300 metros de distancia de su objetivo. (El Ejército de la Victoria. Un episodio: Casa Ambrosio. 1937)
La misma zona en la actualidad
Las fuerzas sublevadas intentaron recuperar la posición pero fueron rechazados, siendo herido el capitán de la Bandera. Parte de la prensa republicana anunció la toma de Puibolea e incluso de Bolea, algo que no sucedió. Al parecer, tras los combates la zona del Molino de la Salina fue abandonada por los republicanos por su vulnerabilidad ya que además ya controlaban las posiciones circundantes dominantes. Fue la última acción realizada en el Frente de Huesca por los hombres pertenecientes a la antigua Columna Roja y Negra.
Las tropas republicanas en el Molino de las Salina tras el combate. Se aprecian las alambradas que protegían la posición y los impactos sobre los edificios. (El Ejército de la Victoria. Un episodio: Casa Ambrosio. 1937)
(El Ejército de la Victoria. Un episodio: Casa Ambrosio. 1937)
Esta zona esta hoy profundamente alterada, entre otras cosas, por las construcción de granjas de ganadería intensiva. Por ello, no hay prácticamente ningún resto de estos combates ni posiciones.
Combates en torno al Molino de la Salina. (El Ejército de la Victoria. Un episodio: Casa Ambrosio. 1937)
El mismo paisaje en la actualidad
Desde la Corona de Puibolea también se inició la ruptura de frente en la Ofensiva de Aragón el 22 de marzo de 1938, algo que está brevemente desarrollado en otra entrada del blog. En esta meseta el bando sublevado estableció su base de fuegos de ametralladora (32 máquinas en total) la cuál que se encargó de cubrir el avance de las tropas. Así mismo, ese día la aviación republicana bombardeó la posición matando algunos mulos de carga.
Los vestigios de la Guerra Civil española que podemos encontrar en la Corona de Puibolea se extienden por toda la meseta. Se trata de una serie de trincheras y zanjas de al menos 700 metros de extensión, que siguen todo el contorno del accidente geográfico en sus lados este, oeste y sur. Además hay huecos en el terreno donde pudieron instalarse refugios, chabolas para resguardarse... Llama la atención la aparente falta de refugios subterráneos, una de las causas es quizá que usaban para resguardarse las propias bodegas del pueblo.
Es un terreno muy cubierto por vegetación espinosa lo que dificulta su visita.
La Corona de Puibolea vista desde el cementerio de la localidad
Puibolea con la Sierra de Gratal al fondo. En esas elevaciones tenían los republicanos algunas posiciones. A la derecha de la imagen, Aquilero
Trinchera resaltada en gris
Trinchera a la derecha de la imagen, al fondo, Mondó
Las trincheras en ocasiones conectan con depresiones en el terreno. Podían ser refugios o chabolas.
La trinchera continua por el este de la posición
Trinchera del lado oeste. De nuevo se cumple la máxima según la cual posiciones sublevadas tenían sus defensas preparadas para ser atacadas por cualquier dirección.
Curiosamente en medio de la meseta hay un olivo. El árbol de la paz crece de forma fortuita (o quizá no) en medio de lo que fue una zona de guerra.
Hoy sólo quedan zanjas y aliagas, pero espero que nuestros ojos nunca más vean solamente eso.
Archivo con la localización aproximada de los vestigios:
Pablo GP
BIBLIOGRAFÍA:
Torralba, P. (2018): De Ayerbe a la "Roja y Negra" 127 Brigada Mixta de la 28 División. Zaragoza: Comuniter.
Arcarazo, L.A.; Barrachina, P.; Martínez de Baños, F. (2007): Guerra Civil en Aragón, Huesca "el cerco". Zaragoza: Delsán.
Gárate, J.M. (1972): Mil días de fuego. Memorias documentadas de la guerra del treinta y seis. Barcelona: Luis de Caralt.
Lozano, M. (2011): Memorias de un fusilado anarcosindicalista: apuntes incompletos de la vida de Manuel Lozano Guillén escritos en la cárcel de las Capuchinas de Barbastro en 1941. Badalona: Centre d´Estudis Llibertaris Federica Montseny.